miércoles, 4 de junio de 2025

CURSUS HONORUM

Cursus Honorum - pergamino romano

La salud del pueblo es la ley suprema.
(Salus populi suprema lex esto.)

— Cicerón

Senadores romanos - cursus honorum


Cursus Honorum y política actual: ¿Preparados para gobernar?


En Roma, no llegabas al poder por accidente. Para ser senador, tenías que haber pasado por etapas previas. Primero eras cuestor, luego edil, después pretor y, si sobrevivías a las intrigas, podías aspirar a ser cónsul. Así funcionaba el cursus honorum: tenías que haber gestionado, representado, decidido. Había un filtro, una progresión.

Hoy, todo ha cambiado. Cualquiera puede entrar en política sin haber gestionado nada. Basta con un mensaje que funcione en redes sociales. Algunos lo llaman democracia. Otros, improvisación.

Ciertamente, el sistema romano era excluyente. Mujeres, esclavos, pobres: todos fuera del juego. Hoy hay más acceso, más voces. Pero también más riesgo de que lleguen al poder personas sin preparación. Ya no se exige experiencia. Solo votos.

Gobernar no es sencillo. Requiere entender economía, derecho, gestión pública. Muchos creen que eso lo suplen los asesores. Pero los asesores no se eligen ni rinden cuentas. Y al final, quien firma es el representante electo, con o sin preparación.

¿Deberíamos exigir una formación mínima a los políticos? Probablemente sí. Al menos nociones de ética pública, economía básica, derecho constitucional. No por elitismo, sino por responsabilidad.

En Roma, solo unos pocos llegaban al poder, pero sabían lo que hacían. Hoy, cualquiera puede llegar, pero no siempre sabe qué hacer. La inclusión ha ganado, la preparación ha perdido. ¿Dónde está el equilibrio?

Mientras tanto, seguimos igual: políticos leyendo discursos que no entienden, votantes aplaudiendo lo que no comprenden. Entre la apariencia y la realidad. Como en Roma, pero ahora con trending topics en lugar de laureles.

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