Populismo low cost: la propuesta de Yolanda Díaz de gobernar con “albañiles y limpiadoras”
La política no es un reality show: dirigir un país requiere preparación, no solo buenas intenciones.
La libertad de expresión es un derecho constitucional, tan respetable como cualquiera de los otros que recoge nuestra Carta Magna. Por eso, aquí estamos ejerciéndolo.
Hoy, Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, nos dejó otra de sus perlas. Hablaba sobre el caso de Noelia Núñez, diputada del PP que mintió en su currículum y ha tenido que dimitir. Sobre esto, Díaz afirma: “Mentir no es correcto, pero el debate sobre tener licenciatura para trabajar en lo público es de clase y horrible”.
O sea, mentir está mal, sí… pero cuestionar si alguien sin formación debería dirigir lo público es un problema “de clase”. ¿En serio?
Por si no bastara, añadió: “Ha habido y hay magníficos diputados y diputadas, ministros y ministras. Me encantaría tener alguno que sea un albañil o una limpiadora”.
Aquí empieza la angustia
¿De verdad alguien cree que cualquier persona —por muy honesta que sea— está lista para dirigir un ministerio? ¿De qué va esto? ¿De gobernar o de montar un reality show? Porque la economía, la justicia o la sanidad no se gestionan con sonrisas y “buena gente”.
No se trata de menospreciar oficios. Todos son dignos. Pero dirigir un país no es lo mismo que poner ladrillos o barrer calles. Para eso se necesita conocimiento, criterio y preparación. Lo contrario es puro populismo low cost, el “todo vale” que convierte la política en un circo.
Pero claro, ahí está Yolanda, siempre sonriente, abrazando a todo el mundo como si eso fuera un plan de gobierno. Porque total, ¿qué podría salir mal? Si algún día llega a presidir el país —esa “izquierda progresista” que en realidad es comunismo con filtro de Instagram—, Venezuela será Disneylandia comparado con nosotros.
¡Esto va a ser un circo, y sin payasos!
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