domingo, 6 de julio de 2025

EL PP SE DILUYE

 



 

Me he quedado estupefacto, como el autor del artículo titulado «Ni de derechas, ni de izquierdas. ¿En serio, Alberto?», publicado el 3 de julio de 2025 en EL DEBATE. En él se lanza una crítica frontal a la estrategia política de Alberto Núñez Feijóo, , tras su afirmación de que el proyecto que presenta para España ya no distingue entre izquierdas y derechas, apostando por un enfoque “transversal” y “de centralidad”.

Coincido en que esta declaración no solo constituye un error estratégico, sino también una renuncia ideológica que deja huérfanos a millones de votantes de centroderecha.

La crítica surge del impacto causado por las palabras de Feijóo durante una entrevista televisiva, en la que expresó su intención de liderar un proyecto similar al de Felipe González en 1982 o al de José María Aznar en 1996. La reacción del autor, y de muchos afines ideológicamente al PP, ha sido de decepción, incluso de consternación. Totalmente de acuerdo. Algunos comentarios recogidos califican esta postura de “lamentable” o “alucinante”. Uno de ellos advierte que, si no existe una derecha reconocible, la socialdemocracia será el único horizonte político posible.

Esta estrategia recuerda a la de Albert Rivera, exlíder de Ciudadanos, quien también intentó posicionarse como una fuerza de centro sin adscripción ideológica clara, y cuyo partido acabó desapareciendo del mapa político. Además, sorprende que Feijóo tome como referente a Felipe González, a quien muchos responsabilizan de haber instaurado un modelo socialdemócrata plagado de vicios: corrupción, desempleo y deterioro institucional.

El artículo contrasta los valores tradicionales de la derecha —libertad individual, baja fiscalidad, defensa de la iniciativa privada, esfuerzo personal y defensa de la vida— con los que se atribuyen a la izquierda —intervencionismo estatal, fiscalidad elevada, subsidios, ingeniería social y revisión sectaria del pasado histórico—. El autor sostiene que el PP debería posicionarse claramente en uno de estos polos y no pretender abarcar ambos sin un compromiso ideológico definido.

Se enfatiza que Feijóo, al declararse “transversal”, parece renunciar a la batalla de las ideas que, desde hace más de un siglo, enfrenta al socialismo y comunismo, con el liberalismo y el conservadurismo. En su opinión, la política no puede reducirse a un “centro” sin principios claros ni valores propios, especialmente en un contexto donde la izquierda y ultraizquierda española promueve una visión guerracivilista de la historia, pacta con el separatismo, debilita la enseñanza del español, desprecia la educación basada en el mérito y promueve una ideología radical en torno al género y la vida.

El texto concluye con una crítica directa a lo que el autor considera el gran error del marianismo: la renuncia a confrontar el relato ideológico de la izquierda en nombre de una supuesta estabilidad, que no logró frenar el avance del “sanchismo”. Según el autor, esa falta de ambición ideológica permitió siete años de Pedro Sánchez en el poder y un profundo deterioro institucional. Su apelación es clara: si el PP quiere ser una alternativa real, no puede esconder su ideología ni disfrazarse de partido sin alma. Feijóo debe tomar partido en la contienda de ideas y no refugiarse en una falsa neutralidad que, en última instancia, favorece al adversario.
El artículo denuncia que la proclamada “transversalidad” del PP bajo Feijóo no es más que una claudicación ideológica disfrazada de centrismo, y un abandono de los principios conservadores y liberales que han representado históricamente a una parte fundamental de su electorado.



En lo personal, como también lo señala el autor, no veo a Feijóo como el líder adecuado para ser alternativa a Sánchez. Puede que gane las próximas elecciones, pero será apenas un parche temporal, hasta que surja alguien con convicciones firmes que deshaga el daño causado por una izquierda procomunista disfrazada de progresismo durante estos últimos años en España.

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